Los espacios agrícolas
están constantemente amenazados por el avance urbano, la contaminación, la
degradación del suelo, etc.
Mendoza
cuenta sólo con el 4% de su territorio en condición de oasis con agua
disponible para las diversas actividades que implican los espacios urbanos y
rurales. El suelo y el agua, por lo tanto se convierten en elementos valiosos
para la supervivencia del oasis y de quienes habitamos en ellos. Esto sin
olvidar que el secano mendocino requiere agua para su desarrollo.
En este contexto, nos pareció importante
reflexionar sobre la propuesta de la ampliación de la matriz productiva en
nuestra provincia. Ésta incluye, no sólo, la posibilidad de insertar proyectos
mineros de diversa índole, sino también ampliar la propuesta de cultivos.
Foto:El suelo de los oasis mendocinos. Fuente: Silvia Robledo
Aquí es donde aparece el cultivo de la soja como alternativa. Algunos artículos periodísticos vienen alertándonos sobre esta posibilidad. Los departamentos que tienen vides de alta calidad enológica y rendimiento, tal vez estén más lejos de este riesgo, en cambio, aquellos que no gozan del usufructo económico de las uvas y del vino, sean los tentados con estas nuevas ideas.
Fig. 1 Oasis de
Mendoza
Departamentos
pobres como Santa Rosa o Lavalle pueden verse atraídos por la posibilidad de
esta “diversificación productiva”. Datos
de la encuesta permanente de hogares demuestran que en ellos la población en
hogares con NBI es significativa (Tabla 1).
lugar
|
Porcentaje de hogares
con NBI urbanos sobre el total de la población
|
Porcentaje de hogares
con NBI rurales sobre el total de la población
|
Porcentaje total de hogares con NBI sobre el total de la población
|
Total provincial
|
3,4%
|
15,5%
|
6,5%
|
Santa Rosa
|
7,0%
|
10,5%
|
9,3%
|
Lavalle
|
5,0%
|
25,5%
|
21,5%
|
Tabla 1 Porcentaje de hogares con NBI. Fuente: encuesta permanente de hogares, 2011, DEIE, Mendoza
Las
experiencias que se están llevando a cabo, justamente, se realizan en estos ámbitos:
“En el municipio de
Santa Rosa, la empresa Multicultivos, ya realiza pruebas para llevar adelante
el cultivo de soja. Del mismo modo, y en una etapa más avanzada, tanto en el
departamento de San Rafael como en Lavalle, hay empresarios que se han decidido
a sembrar soja bajo riego.
Las pruebas han llegado sponsoreadas por la multinacional Nidera que ve con buenos ojos masificar el cultivo en el sur provincial, siguiendo una línea de producción que abarca Córdoba, San Luis y ahora Mendoza” (Ercolano, Clarisa, Los Andes, 2014).
Las pruebas han llegado sponsoreadas por la multinacional Nidera que ve con buenos ojos masificar el cultivo en el sur provincial, siguiendo una línea de producción que abarca Córdoba, San Luis y ahora Mendoza” (Ercolano, Clarisa, Los Andes, 2014).
En el caso de San Rafael, el cultivo
de soja podría desplazar a otros, entre ellos, los frutales. El objetivo, al
parecer, es sólo experimental, para lograr una planta más resistente a
condiciones extremas. Sin embargo, una vez lograda esta variedad ¿cómo impedir
que se propague por las zonas secas?
El
cultivo de soja implica un alto
consumo de agua, pero hoy se están desarrollando variedades adaptadas a zonas
secas o al menos, variedades cultivadas bajo riego.
“Mendoza parecía relegada
naturalmente a no pensar en su desarrollo por estos terruños.
Fundamentalmente, el requerimiento alto de agua, que arranca desde los 600 mm anuales por hectárea (el triple del régimen de lluvias promedio de la provincia) hasta los 1.000 mm anuales por hectárea, se convirtió en la principal barrera de ingreso al negocio.
De la mano de los desarrolladores de semillas, que han logrado una mejor adaptación y ciclo, el cultivo tanto de soja como de otras oleaginosas y cereales parece tener un nuevo impulso en la provincia”. (González, M. Diario Los Andes, 2013)
Fundamentalmente, el requerimiento alto de agua, que arranca desde los 600 mm anuales por hectárea (el triple del régimen de lluvias promedio de la provincia) hasta los 1.000 mm anuales por hectárea, se convirtió en la principal barrera de ingreso al negocio.
De la mano de los desarrolladores de semillas, que han logrado una mejor adaptación y ciclo, el cultivo tanto de soja como de otras oleaginosas y cereales parece tener un nuevo impulso en la provincia”. (González, M. Diario Los Andes, 2013)
La posibilidad de cultivar una variedad más
resistente a la sequía, permitiría obtener pellets para la ganadería bovina.
Es
tal vez oportuno que recordemos las implicancias socioambientales que este
cultivo ha ocasionado en el resto del país, para visualizar si éste es el cambio que queremos
para nuestros oasis.
En
primer lugar, el cultivo de soja se planta bajo la modalidad de monocultivo o se lo combina con otros cultivos de similares
requerimientos nutricionales. La soja es una leguminosa y como tal, el 50% del nitrógeno que necesita lo toma del
aire a través de la bacteria bradyrhizobium y el otro 50% del suelo, tiene altos
requerimientos de fósforo y azufre. Posee la característica de producir
altos rendimientos aunque haya pocos
nutrientes en el suelo, por lo que, el agricultor advierte la falta de
los mismos, cuando el suelo tiene un grado avanzado de deterioro.
Ahora recordemos que los suelos de Mendoza no
son los pampeanos, son suelos más pobres; corresponden al grupo de los
entisoles, es decir suelos poco
desarrollados, aún los aluviales de los oasis están sujetos constantemente al
riesgo de desertificación. Entendemos por tal, a la pérdida de la productividad
del sistema, principalmente del suelo; este proceso complejo tiene entre sus
diversas causas, el mal manejo de técnicas agrícolas. Es decir que un suelo de
zona árida, pobre en nutrientes, puede ser degradado si no se hace un uso
adecuado del mismo.
Extensas áreas del
noreste y este de la provincia (Lavalle, La Paz, Santa Rosa) están con alto riesgo de
sufrir deterioro severo de los suelos (Fig.2). ¿Cuál será el futuro de estos
suelos deteriorados por decisiones equivocadas?
Un suelo pobre en nutrientes necesitará de fertilizantes;
éstos constituyen parte del “paquete tecnológico” que ofrecen las empresas
proveedoras de las semillas. Así se inicia la dependencia entre el agricultor y
la empresa que provee los agroquímicos, los productores quedan condicionados
por las empresas y el mercado.
Fig. 2
Desertificación en Mendoza. Fuente.Cricyt
Por
otro lado, la soja que se cultiva en Argentina es transgénica, es decir, ha
sido modificada genéticamente. Se le ha introducido una proteína de una
bacteria para que sea resistente a la aplicación de
herbicidas (específicamente, el
glifosato).
Hay
quienes aseguran que esta manipulación genética no tiene consecuencias en la
salud humana, sostienen el “principio de
equivalencia sustancial”. El mismo
implica que si el ADN de dos organismos
no emparentados, no produce consecuencias negativas en la salud por separado,
tampoco lo hará el combinado genético.
Quienes
están en contra de los organismos transgénicos advierten que los cambios en la
naturaleza se producen en periodos muy largos. La naturaleza se toma el tiempo
necesario para comprobar las consecuencias de dichos cambios. En el laboratorio
no hay esa misma precaución y rápidamente se llevan los productos al “mercado” sin esperar a ver cuáles pueden ser las
consecuencias. Se violan los mecanismos de selección natural y se rompen las
barreras biológicas.
La
soja natural, por sí misma no constituye un problema, la cuestión está en que
las empresas obligan a comprar un “paquete tecnológico” que incluye la semilla
modificada genéticamente, el herbicida, los surfactantes, etc.
“Las empresas que comercializan
las semillas de soja RR son justamente Nidera (58%), Monsanto (19%), Don Mario
(16%) y Relmo (3%), todos ellos tienen una licencia de uso de la tecnología de
Monsanto. Para Monsanto, la semilla de soja representa sólo el 10% de su
negocio en el país, contra el 90% de la venta de agroquímicos y de híbridos de
maíz y girasol”.
“Al depender de semillas
transgénicas que tienen propiedad intelectual y de plaguicidas a los cuales son
resistentes, se esclaviza económicamente a los compradores, condenados a pagar
indefinidamente por su uso. Es el caso de la soja RR y del herbicida glifosato
"pertenecientes" a Monsanto (si bien la patente del glifosato quedó liberada
en 2000). Cuando un país como Argentina permite la expansión descontrolada de
OGMs "propiedad" de corporaciones multinacionales, pierde
automáticamente el control soberano sobre las especies utilizadas” (Montenegro,
R., 2012).
Al
ser soja transgénica resiste grandes cantidades de agroquímicos que pasarán al suelo, al agua y pueden entrar en
las cadenas tróficas. Es inevitable que, aunque sea en pequeñas cantidades los
agrotóxicos se desplacen a través del suelo y del agua.
Las
malezas que el herbicida intenta combatir, se vuelven cada vez más resistentes
y ello conduce a utilizar más cantidad de glifosato para eliminarlas. El
glifosato es un herbicida sistémico, no
selectivo, considerado de baja toxicidad, pero al aplicar altas dosis y
combinarlo con otros agroquímicos se vuelve un agrotóxico muy peligroso.
En
Argentina el consumo de agroquímicos, especialmente herbicidas ha ido en aumento
(Fig. 3). Según el INTA el 54% de los herbicidas se utiliza para el cultivo de
soja. En Mendoza, los herbicidas son usados en los frutales, no siendo el
principal tipo de agroquímico utilizado; por ejemplo, para el cultivo de la vid
se emplean más fungicidas que herbicidas, como muestra la tabla 2.
Fig. 3 Evolución del mercado argentino
de fitosanitarios por cantidad de
producto
Fuente: CASAFE, 2012, citado por Moltoni,
2012
cultivos
|
Frutales de carozo
|
vid
|
hortalizas
|
soja
|
glifosato
|
23.874
|
77.919.260
|
||
Otros herbicidas
|
19.469
|
91.778
|
503.138
|
4.937.207
|
fungicidas
|
135.742
|
516.014
|
252.442
|
2.554.727
|
insecticidas
|
334.213
|
64.904
|
791.111
|
10.847.460
|
coadyuvante
|
72.578
|
47.026
|
1.702
|
4.794.540
|
Tabla 2 Consumo
de agroquímicos por tipo de cultivo en Argentina (medido en Lts./Kg./unidad,
2013) Fuente: Pampas Group, citado por Eleisegui, P., 2014
Otro
dato importante es que en el área sojera pampeana se ha comenzado a reemplazar
el glifosato por otros compuestos, debido a la resistencia creciente de las
malezas. Además se combina con insecticidas, tales como flubendiamide
–fabricado por Bayer, y comercializado bajo la etiqueta “Belt 48 SC” –, y
rynaxypir –DuPont lo ofrece con la identidad “Coragen” (Eleisegui,Patricio,
2014).
Los
agroquímicos entran en las cadenas alimentarias y por un proceso denominado
“acumulación biológica” tienden a concentrarse
a medida que van pasando de un
nivel trófico a otro. El ser humano ocupa en la cadena trófica el nivel de
omnívoro, es decir se halla en el tercer o cuarto nivel y, por lo tanto, la
posibilidad de concentración de cualquier tóxico en el organismo humano es mayor. A esto
agregamos que el agricultor aplica los agroquímicos, muchas veces, sin conocer
el modo adecuado de hacerlo, exponiendo su salud y su vida.
La
soja tiene una tolerancia agroecológica alta. Es decir se adapta a diferentes
condiciones climáticas y edáficas. Ello ha producido que se cultive en la
región pampeana, pero también en la chaqueña, nordeste y noroeste.
“En Argentina la
ausencia de políticas de Estado para la conservación de balance entre los
ecosistemas naturales de alta biodiversidad y los ecosistemas antrópicos (zonas
de producción agrícola y ganadera, ciudades) ha generado un país ambientalmente
en rojo, que destruyó por ejemplo más del 80% de la superficie originalmente
cubierta por bosques nativos. Tenemos por lo tanto una aguda y creciente crisis
de biodiversidad”. (Montenegro, R., 2012)
Se han intentado experiencias en la Patagonia
y, como vemos en Cuyo, en zonas con déficit hídrico. Se extiende a costa de
bosques, montes y otras actividades que sucumben frente a su alta rentabilidad
cortoplacista. Por ejemplo, en el área pampeana significó la desaparición de
tambos, apicultura, etc. (Fig. 4) ¿Qué actividades puede desplazar en nuestra provincia?. Por
otro lado, este tipo de agricultura se la considera “agricultura sin agricultores”
Es decir genera poco trabajo.
“La producción familiar que debería ser la base
de la recomposición de un modelo productivo, sano, solidario, democratizador,
descentralizador y repoblador del campo argentino, y principalmente productor
de alimentos, por el contrario es arrasada por las fumigaciones aéreas de
glifosato” (Lapolla, A., 2010).
Fig.
4 Consecuencias del modelo sojero vigente. Fuente: Codes, M. I., 2005
Por
otro lado, al ser un commodity está
sujeto a las variaciones del mercado, de hecho la actual cosecha record de EEUU
ha producido una caída del precio internacional y mucha preocupación de los
productores pampeanos. Si
bien presenta una leve baja de la superficie cultivada, alcanza cifras record de
producción, como lo indican los siguientes datos de oficiales (Tabla 3)
Tabla 3 Producción de soja 2014. Fuente: Informe del Ministerio de
Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, 2014
El cultivo de
soja puede traer riesgos a nuestra provincia que hemos intentado sintetizar en el
siguiente esquema (Fig. 5)
Frente
a estos riesgos, debemos reflexionar: ¿Queremos una economía sujeta a las
variaciones del mercado, pan para hoy y
hambre para mañana? ¿Expondremos nuestros bienes comunes: agua y suelo a
esta nueva propuesta? ¿Serán los departamentos más pobres de Mendoza los que
someteremos a este riesgo? ¿Generaremos una dependencia de los que menos tienen con las transnacionales proveedoras del “paquete
tecnológico”?.
Hay
quienes consideran que estos cultivos son simplemente ensayos en explotaciones
pequeñas que sólo tienen la finalidad de aportar forraje a la ganadería. Igualmente
sostenemos que Mendoza debe pensar en
alternativas vinculadas con su tradición, que aseguren la diversidad y
estabilidad del sistema y que no pongan en riesgo la salud de la población y
nuestros bienes comunes.
Fig. 5 Posibles consecuencias de la expansión
del cultivo de soja en Mendoza. Fuente: Silvia Robledo
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
CODES,
M. I. y otros (2005) Educar para actuar.
Actuar para educar, Zeta editores, Mendoza.
ELEISEGUI,
P. (2014) Mercado de agroquímicos en
argentina: baja el uso del glifosato y crecen los productos más potentes…
Ecoportal 10/06/14 www.ecoportal.net/.../Mercado_de_agroquimicos_en_Argentina_baja_el
LAPOLLA,
A (2010) Los 52 millones de soja transgénica y la ética de los científicos,
publicación de Red GECI, 2010. www.rebelion.org/noticia.php?id=101928
MOLTONI,
L (2012) Evolución Del mercado de
herbicidas en Argentina, Vol 1, n° 2, ISSN 2314 inta.gob.ar/...argentina/.../INTA-%20Economía%20y%20desarrollo%20a.
MONTENEGRO,
R. (2012) Monsanto amenaza Malvinas
Argentinas. Semillas envenenadas y pérdida de soberanía alimentaria, PDF, www.rebelion.org/noticia.php?id=101928
SKILL,
K Y GRIMBERG, E., (2014) Controversias sociotécnicas en torno a
las fumigaciones con glifosato en Argentina. Una mirada desde la construcción social del riesgo, en Merlinsky. G.
(coordinadora) Cartografía de los conflictos ambientales en Argentina, Clacso,
Ciccus, Bs. As.
Noticias de Diarios
DIARIO SAN RAFAEL, La llegada de la soja tendría
solo fines experimentales, Domingo,
15 Junio 2014 08:07 www.diariosanrafael.com.ar,
ERCOLANO,
CLARISA Alarma ambiental por avance de
la soja en Mendoza, MDZOL 7 de julio
de 2014, Mendoza, www.mdzol.com/.../537669-alarma-ambiental-por-avance-de-la-soja-en-..
GONZÁLEZ, M. S. El negocio de la soja
ahora desembarca en Mendoza, Diario Los Andes, 10 de marzo de 2013,
Mendoza. www.losandes.com.ar/.../negocio-soja-ahora-desembarca-mendoza-7011..